Si algo es claro en México es que desde hace ya varios años, existen los comprobantes fiscales digitales para todo. Ingresos y las deducciones en sus variantes (nóminas, egresos, etc) están integradas por los CFDI. De tal manera que, la autoridad fiscalizadora tiene una fuente inmensa de información para llevar a cabo sus actos de fiscalización, pues si no fuera suficiente, a partir de 2014, cuenta con la balanza de comprobación, declaraciones provisionales y anuales, DIOT, y en su caso, los avisos de la Ley de Antilavado.
Sumado a lo anterior, debemos hacer un recuente de las listas negras publicadas a la fecha y el número de empresas que ahí aparecen, de los cuales los efectos de estas publicaciones ya se están viendo en las empresas que deducen las operaciones, que ahora tienen que comprobar que el servicio efectivamente se realizó.
La forma de llevar contabilidad en México ya cambió, se requiere de personal altamente capacitado en las áreas contables-fiscales, ya que todo pasa a ser electrónico, y el contribuyente debe de entender que todo lo que haga o deje de hacer tiene un rastro cibernético que la autoridad puede rastrear en cuestión de minutos.
Por otro lado, la Ley de Ingresos para este año contempla un aumento en la recaudación de impuestos histórico, nunca antes visto, su mayor arma son precisamente las revisiones electrónicas, es una nueva era, con las herramientas que cuenta la autoridad, puesto que se dejan por un lado las auditorías tradicionales, con esto la SHCP optimiza su recaudación de impuestos con toda la información que ya tiene.
Así pues, es importante poner atención a los nuevos lineamientos que en materia de contabilidad electrónica exige la autoridad fiscalizadora, debido a que probablemente no se ha estado cumpliendo, y su posibilidad de ser auditados incrementa exponencialmente.