Bien se sabe que lo que representa mayor valor para las empresas son sus activos intangibles, que es, esa capacidad que se tiene de generar riqueza y que ya no se entiende estrechamente relacionada con la existencia de sus activos materiales, más bien se entiende vinculada con la capacidad de creación y mantenimiento de ventajas competitivas para la misma.
A pesar de esto, la realidad es que en muchas empresas (95%), el valor de sus activos intangibles no se reconoce, aun cuando este valor es muy superior al de sus bienes tangibles.
En la parte financiera las normas internacionales definen a los activos intangibles como aquel identificable, no monetario y sin sustancia física, mantenido para el uso en la producción o venta de bienes y servicios, para alquilarlos a terceros o para propósitos administrativos. La citada norma expresa también otros aspectos a considerar como son el control sobre los mismos y la capacidad de obtener beneficios económicos futuros. En nuestras Normas de la Información Financiera (NIF C-8) regulan esta parte importante del valor de las empresas para determinar su correcta valuación y presentación en los Estados Financieros de toda entidad y los definen como aquellos activos no monetarios, identificables, sin sustancia física, que generaran beneficios económicos futuros controlados por la entidad.
Siendo crucial identificar alguno de los tres momentos para reconocer los activos intangibles en cualquier empresa, como son: cuando hayan sido adquiridos en forma individual, a través de una adquisición de negocios o generados internamente.
Es importante resaltar que la mayor parte de las ocasiones las razones de éxito de una empresa se tendrían que buscar dentro de la misma. Por lo que hace que hoy se vuelva una obligación reflejar los activos intangibles en los Estados Financieros de toda entidad, aunada a nuestra necesidad de participar en economías cada vez más globalizadas.
Una cuestión a destacar es que el valor de los activos tangibles se deprecia con su uso, mientras que el valor de los intangibles puede incrementar a medida en que son utilizados.
Por lo que, reconocer los activos intangibles en los Estados Financieros nos da beneficios no solo de forma financiera sino también fiscal, ya que existe una posible deducción por estos conceptos.
Finalmente, existen los pasivos intangibles, que son internacionalmente definidos como la responsabilidad u obligación de la empresa para transferir recursos económicos o proporcionar servicio a otras entidades en el futuro. Un concepto poco explorado en México y que puede aportar grandes beneficios financieros y fiscales.